3 consejos financieros clave para parejas

“¿Está de acuerdo en compartir su salud financiera, en pérdida o ganancia, en salud o enfermedad, para que la bancarrota no los separe?”
¡Ah, si el cura, el párroco, el juez de paz o alguien más atento a la situación pudiera advertir a los amantes de la época! La economía santa sería el dinero, la vida.
Ya sea al pie del altar, o sin nadie, quienes deciden vivir juntos saben que necesitarán compartir mucho más que cepillos de dientes.
La convivencia incluye la necesidad de una relación fiel también a la planificación financiera para que el ‘felices para siempre’ no se convierta en ‘eterno mientras dure’ por cuestiones de dinero.
Cualquiera que sea su elección de relación (religiosa, contractual o abierta), consulte a continuación tres consejos fundamentales para compartir, invertir y usar el dinero juntos.
1 – LEALTAD FINANCIERA
El principal pilar de la vida financiera de una pareja es la lealtad. La transparencia y la honestidad vienen como un bono.
En palabras más claras: cumplir lo pactado. Además, no omita información sobre ganancias e ingresos.
Después de todo, ¿cómo compartes un techo con alguien que te miente? Piense en eso. Por lo tanto, el consejo de oro aquí es este: poner en común el dinero que se ha ganado durante la vida de la pareja.
Esta estrategia es un antídoto a ese viejo argumento: ‘Yo pago por esto, tú pagas por aquello’ (#comigonunca).
La decisión común sobre el gasto elimina el ‘yo’ en las decisiones. ‘Mi dinero’ cambia de estatus: como pareja, ahora es ‘nuestro dinero’.
Aún aquí, un punto importante: también es importante preservar la individualidad, ya sea en aspectos personales, profesionales o sociales.
Hay proyectos individuales como la búsqueda de un nuevo trabajo, una afición, entre muchos otros, que exigen un esfuerzo económico personal – que se puede arreglar desde el inicio de la relación (siempre transparencia, ¿recuerdas?)
2 – PAREJA QUE INVIERTE JUNTA…
A medida que la pareja madura la relación como dinero común, pueden planificar mejor, como pareja, cómo multiplicarla también.
Las primeras inversiones suelen ser la adquisición de la casa o apartamento, el vehículo, muebles nuevos, etc.
Con el tiempo, los recursos se pueden invertir en el mercado financiero para que la pareja pueda tener nuevos ingresos para sus proyectos.
En ocasiones, solo uno de los cónyuges tiene afinidad por los negocios, mientras que el otro, no tanto.
No hay ningún problema. Aquí es donde uno ayuda al otro, para que ambos puedan ganar y crecer juntos. Después de todo, estamos hablando de una pareja.
3 – DISFRUTA DE LOS LOGROS
Todo esfuerzo realizado a lo largo del tiempo por la pareja – no pocas veces, con muchos sacrificios – merece ser recompensado.
Por tanto, para que el dinero no sea un fin, sino un medio de consecución, la pareja puede (y debe) invertir parte de él en experiencias comunes.
Ya sea para ir al cine, al teatro o al parque hasta hacer un viaje inolvidable a una playa paradisíaca. ¿Porque no?
Además de acercar aún más a la pareja, experiencias como estas demuestran que la dedicación económica de ambos vale la pena.
Pero, ¿y si la luna de miel termina?
Si la pareja permite que el mismo dinero que podría traer comodidad y felicidad sea motivo de separación, el primer camino es el diálogo.
Si la conversación no es suficiente, o incluso posible, lo que sería barato de resolver puede terminar siendo mucho más costoso en los tribunales.
Por eso se recomienda que la pareja decida, desde el principio –y preferiblemente sobre el papel– cuál es el régimen de la unión: con o sin reparto de bienes.
Es importante recalcar aquí que se trata de una protección de bienes anteriores, por lo que el efecto es sobre lo que la pareja obtendrá a partir de entonces.
De todos modos…
Solo entre nosotros: si es vivir juntos, que valga la pena y todos los costos que se deriven de esta decisión.
Si necesita ayuda con las finanzas antes de decir su ‘sí’, lo ayudaremos con inspiración, financiera, por supuesto.