¿Adónde nos llevará el dinero?

Dice un viejo dicho popular que para quien no sabe a dónde quiere ir, cualquier camino le sirve. Como ese viajero que llega a la estación de autobuses o al aeropuerto y compra un billete con un destino elegido al azar.
Cuando nos referimos al rumbo de nuestras propias finanzas, ya sean personales, familiares, empresariales o de cualquier otra índole, debemos tener muy claro el itinerario de cada centavo.
Por eso es importante tener una visión clara, preferiblemente por escrito, para que sepas exactamente dónde debes estar o ir, o qué caminos seguir, para que se pierdan dudas y atajos.
Por cierto, ¿dónde esperas llegar con el dinero que has recaudado, gastado e incluso ahorrado o invertido, ya sea por tu bien o por el bien común de tus familiares? Esto es lo que discutiremos en este texto.
NOBLE OBJETIVO
De hecho, el presupuesto que tenemos a mano, especialmente los referidos a compromisos en plazos más cortos (mes, quincena o semana), nos empuja a obligaciones de primera hora de todo tipo.
El foco está en lo efímero cotidiano: pagos obligatorios, cobros esperados, negociaciones necesarias, inversiones planificadas y, por supuesto, los imprevistos no deseados que nos afectan.
Las preocupaciones diarias solo nos alejan de otras prioridades para el uso del dinero, especialmente aquellas que nos pueden guiar a tiempos mejores como un nuevo trabajo, un negocio, un viaje, una donación de tiempo y dinero.
Mirar más allá en el horizonte de los logros personales, familiares, empresariales o cualquier otra oportunidad de gestión financiera amplía la visión del mundo y acomoda la vida cotidiana por debajo de metas más nobles para la vida.
VISIÓN DE FUTURO
Quien se preocupa por una visión más amplia de la relación con el dinero, más allá de trabajar para ganarlo y enumerar las facturas a pagar, necesita, por tanto, una visión más amplia del futuro.
Esto implica que un responsable de cualquier presupuesto, particularmente el del hogar, esté al tanto del análisis de todas las posibilidades en cuanto al uso del dinero y, eventualmente, incluso a la falta del mismo.
Al tener una perspectiva más nítida sobre lo impredecible de la vida, el tutor de presupuesto necesita tener a la mano las posibles soluciones para cada situación y también ser quien aliente a todos, especialmente en tiempos de crisis.
De ahí la importancia de que las reuniones sobre temas financieros, ya sea en la familia o en la empresa, estén marcadas por el diálogo y la transparencia para que no haya nadie que no sepa el camino a seguir.
METAS CLARAS
Conscientes de los objetivos más importantes y de la visión de futuro que tales demandas suscitan, es importante que el núcleo familiar y empresarial esté atento a la formulación de metas.
Sí, incluidas las que, hace unos días, con motivo de fin de año, dijiste, a granel y, quién sabe, embriagado por las fiestas y borracheras que tenías en medio de la familia, los amigos y los fuegos artificiales.
Ahora la conversación es más abajo. De todo lo dicho, ¿qué en realidad puede tomarse en serio, hasta el punto de exigir la atención de los más implicados en lo que prometí para el año que ya ha nacido entre nosotros?
El primer paso para trazar un rumbo hacia metas mayores es saber exactamente qué se debe hacer para que se logren las metas comunes, de la familia o de la empresa, para que todos puedan contribuir en lo que les corresponde.
Ignorar todos estos procesos es motivo suficiente para que te conviertas o, peor aún, sigas siendo un pasajero sin rumbo, cuyo destino se ha encargado a tu dinero decidir por ti. Pobre es cualquiera que es esclavo de sus propias finanzas.