Baja inflación en mayo. ¿Y tú con eso?
Y la inflación registrada en mayo fue de 7,8%, según un informe difundido este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC). Incluso hubo quienes ‘festejaron’.
Por primera vez en los primeros cinco meses de 2023, el índice de inflación retrocedió. Comenzó con 6% en enero, subió a 6,6% en febrero, llegó a 7,7% en marzo y llegó a 8,4% en abril hasta retroceder en mayo.
En términos acumulados, sin embargo, solo este año la inflación ya ha desangrado la economía en un 36,5%. Entre mayo de 2022 y 2023, la suma alcanza un impresionante 114,2%, una de las más altas de América Latina.
Ante este escenario inflacionario, te debes estar preguntando: pero ¿qué tengo que ver yo con esto? Pues eso es lo que te proponemos reflexionar a través de tu comportamiento de consumo. El análisis puede sorprenderte (o no).
REFLEJO SOBRE EL MERCADO
Como no podía ser de otra manera (lamentablemente), los índices inflacionarios no fueron acompañados de precios. Solo en los primeros cinco meses, el aumento fue del 42,2%, según el INDEC, un 5,7% por encima de la inflación oficial.
El tirón alcista en los precios de productos y servicios fue apalancado en mayo por el propio gobierno, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC que, como saben, es un organismo estatal.
Esos aumentos de tarifas que llegaron al por mayor en las facturas de agua, electricidad y gas, además de la vivienda y el transporte público, entre otros ejemplos, ahora han pasado factura e impactado en el costo de vida.
La ‘clasificación’ completa de los cambios de precios del IPC en mayo fue la siguiente:
- 11,9%: agua, luz, gas, vivienda y otros
- 9,3%: hoteles y restaurantes
- 9,0%: salud
- 8,8%: equipo y mantenimiento del hogar
- 8,4%: bebidas alcohólicas y tabaco
- 8,1%: transporte
- 7,6%: calzado y vestuario
- 7,1%: bienes y servicios varios
- 6,7%: comunicación
- 5,8%: alimentos y bebidas no alcohólicas
- 4,9%: educación
¿Y EL CIUDADANO?
Como advertiste anteriormente, en lo que respecta al consumo, el gasto básico del día a día posiciona al ciudadano como un actor secundario en el escenario inflacionario y el aumento de los precios oficiales en mayo.
Aliás, as contas majoradas impactaram no orçamento das pessoas e empresas seja na saúde (9,0%) e das obras às pequenas reformas em casa (8,8%) ao transporte (8,1%) que precisou ser utilizado para se ir al trabajo.
Incluso para lo que lo sostiene de pie, la comida (5,8%) el consumidor, hasta convertirse en un ser abiótico, tuvo que sacar de su bolsillo lo suficiente para sobrevivir, dado el costo de ir a un restaurante (9,3%).
Para aquellos que han conseguido ahorrar algo para un viaje de ocio, los precios de los hoteles (9,3%) también desalientan el turismo, salvo la oportunidad de una promoción garantizada en webs especializadas en viajes.
BALANCÍN DE INTERÉS
En medio de esta subida y bajada de la inflación y de los porcentajes de precios (más subidas que caídas, por cierto), el gobierno interviene para tratar de controlar estas variables.
También en mayo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) aumentó la tasa de interés, las Letras de Liquidez (Leliq), del 91% a un inédito 97%, según un índice que mide la misma entidad financiera desde 2015.
En diciembre de ese año, la tasa Leliq era del 33%. En agosto de 2019 alcanzó el 83,3%, el más alto hasta el momento. En octubre de 2020 bajó al 36%, pero en enero de este año subió al 75%, hasta alcanzar un nuevo pico.
En otras palabras: al igual que la tasa Leliq, los argentinos vivimos en un vaivén económico, llenos de emoción ante cada alza y baja de inflación, tarifas, tasas de interés y precios. La mala noticia es que no hay diversión en ello.
Una cosa es cierta: la Argentina es un país servido por generaciones de funámbulos que aprenden cada día el arte de mantenerse erguidos frente al espectáculo circense de nuestra economía que se empeña en permanecer en exhibición.