Black Friday: la guía del comprador inteligente
Bueno, el año casi ha terminado. Te das cuenta de esto cuando empiezas a darte cuenta de que se acerca la Navidad y que, por tanto, necesitas encontrar la manera de comprar regalos más baratos para tus hijos, sobrinos y quien más te hayas prometido.
Por una de esas ‘coincidencias’ que solo las tiendas pueden dar, este viernes es, precisamente, ‘Black Friday’. Sobre todo porque, si fuera cualquier otro día, no tendría el mismo nombre, aunque la finalidad fuera la misma.
¿Y cuál sería? En teoría, la oportunidad de vender o comprar productos con descuentos por encima de los porcentajes de descuento practicados a lo largo del año para bajar de una vez los stocks, a la espera de que lleguen las novedades.
Ok, todo muy bueno y bonito para llenar los bolsillos de las tiendas y los carritos de la clientela. Pero, es toda esta maravilla lo que se vende por ahí. No es así. Cuidado con posibles trampas. Consulte nuestra “guía” a continuación.
1 – DESCUENTOS IMPERDIBLES
El anuncio principal del Black Friday está en el propio anuncio. Repetitivo, pero eso es todo. Quien ofrece el mejor descuento vende más y lleva al cliente a la tienda física, o lo atrae a través de sitios web y redes sociales.
El problema es cuando el milagro del descuento es tan grande que hasta se sospecha del santo. Y hay que hacer una del mismo Santo Tomás (aquel apóstol que quería tocar a Jesucristo para creer en la resurrección, según las escrituras).
En estos casos, verifique de inmediato los valores practicados en al menos tres tiendas acreditadas en el mercado, calcule el promedio y vea si la propuesta terminó allí. De lo contrario, huye. ¡Riesgo inminente de golpe!
2 – ¿QUÉ SITIO ES ESTE?
Estas promociones absurdas son muy comunes en los sitios web de las tiendas que a menudo ni siquiera conoces. Dado tu olfato para los valores más bajos posibles, acabaste enganchado a cualquier plataforma.
Lo primero que debe notar es si el sitio es confiable. Observe si tiene un candado junto a su URL, pero no solo eso. Ver si hay contactos (correos electrónicos, teléfono, etc.) y quejas. Solo búscalo en Google.
No es raro que el sitio resulte ser un clon de otro real, lo que acaba induciendo a la compra a los consumidores más ingenuos o desatentos. En caso de duda, compare la dirección de correo electrónico con la oficial.
3 – TARJETA VIRTUAL
El uso de tarjetas de crédito sigue reinando en los pagos en general. El Black Friday no sería diferente. Ya sea en la tienda física o virtual, ahí estás tú con tu ‘dinero de plástico’ en la mano, gastándolo en una sola alegría.
A la hora de comprar online, por ejemplo, no utilices tu tarjeta física, sino la virtual disponible. Es una opción más segura por sus propias especificaciones numéricas y de código, que conserva el ‘original’.
¿Tu tarjeta de crédito no tiene versiones digitales? De dos, uno: cambia tu tarjeta de crédito (tenemos muchas opciones para que las conozcas en nuestra web) o no compres para evitar el riesgo de que te perjudiquen.
4 – CONSULTAR FACTURA
Cualquiera que prefiera la locura de las tiendas del Black Friday (sí, hay gente loca por todo en esta vida) sabe el amargo tiempo que tendrá que esperar en la cola de los cajeros que, a su vez, tendrán que lidiar con una multitud de personas y compras.
Como todavía no somos máquinas, puede ocurrir que los números introducidos en el comprobante fiscal no sean los mismos que los de la estantería, lo que supone un sobrecoste provocado por el exceso de trabajo de los encargados y, en determinados casos, incluso de mala fe. .
Por eso, antes de salir de la caja, haz un checklist de todo lo que se compró, con sus respectivos precios. Especialmente cuando las compras se hacen por internet. ¡Cualquier resbalón es daño seguro!