¿Cómo ahorrar en barbacoa?
El viernes está aquí y el fin de semana promete. Además de todas las opciones de ocio disponibles, hay quienes están realmente interesados en quedarse en casa, preferiblemente en compañía de familiares, amigos y ¡una buena parrillada!
Si esta es tu elección, ¡tu lectura está justificada! En este texto vamos a espolvorear algunos sabrosos consejos para que tu paladar esté garantizado sin chamuscarte el bolsillo. Buena combinación, ¿no?
Por eso, echa un vistazo a nuestras pautas a continuación antes de dirigirte a la carnicería o al supermercado donde sueles ir a comprar los elementos necesarios para la barbacoa. ¡Además, le deseamos una diversión sabrosa y económica!
1 – INVESTIGACIÓN
Seguro que te atrajo la promoción de tu propia barbacoa cuando te encontraste con alguna promoción en alguna web, en tus redes sociales, o incluso en algún folleto o anuncio expuesto en los escaparates durante la semana.
A pesar del precio anunciado, no renuncies a la investigación necesaria para que tu barbacoa no cueza tu dinero. De hecho, establezca un límite financiero de inmediato dentro de lo que su presupuesto puede soportar.
Se recomienda que, al hacer tal oferta, la compare con al menos dos o tres, del mismo producto, disponibles en el mercado. Analizar si la mejor oferta, al otro lado de la ciudad, compensa el gasto de combustible para buscarla, en su caso.
2 – FIESTA DE LA COMUNIDAD
Además de conocer, presupuestar y comprar lo que deseas para tu parrillada, ¿por qué no proponer lo mismo a tus queridos invitados? La idea es la de siempre: cada uno toma lo que pretende consumir durante la parrillada.
En la práctica, lo que se propone es una ‘reunión de barbacoa’, aunque nadie es experto en el tema. En tu bolsillo, socializar puede ser más barato para todos, lo que sigue siendo una oportunidad jugosa.
Cualquier gasto adicional de transporte, por ejemplo, acaba diluyéndose si se establece una propuesta de rotación de recepción entre los participantes de la fiesta. El siguiente está en la casa del otro. Y por ahí va.
3 – ¿LEÑA O CARBÓN?
Es nuestra tradición utilizar leña en nuestras barbacoas. Es el tipo de producto que acaba siendo ‘gratis’, sobre todo si ya lo tienes en casa o lo vas recogiendo por los caminos que recorres a lo largo de la semana.
Si no es posible disponer de leña, existe la opción del carbón vegetal, que seguramente habrá que comprar. En este caso, ten en cuenta el tamaño de la barbacoa antes de volver a casa y ‘perder el viaje’.
Los expertos recomiendan que, en el caso del carbón, el relleno de la barbacoa sea de poco más de la mitad para que la carne se ase por el calor que genera y no por el fuego que puede llegar a ella y tostarla.
4 – ABRAZAR LA ‘PROPIEDAD’
La barbacoa con leña tiene la ventaja de que la leña es consumida por el fuego sin necesidad de reposición. De ahí la importancia de elegir piezas compatibles con el espacio utilizado.
En el caso del carbón, no siempre es así. A medida que se quema, este material se encoge, pero mantiene su brasa hasta que termines de excavar. Si se mueve, el calor se disipa más rápido y será necesario reemplazarlo.
Es decir, tendrás que gastar más carbón. Al notar la disminución del calor, basta con agregar con cuidado lo necesario, con cuidado de no sofocar la brasa y sobre todo de quemarse las manos.
5 – MÁS SEGUIMIENTOS
No es solo la carne lo que hace una barbacoa. Al menos, desde el punto de vista del bolsillo. Asegúrese de incluir en su presupuesto la adquisición de los elementos que componen los acompañamientos de su elección.
¿Conoces esos platos y salsas que sueles preparar para comer mientras la barbacoa no está lista? Garantizarlos en la mesa para que puedan reducir el espacio en el estómago para el artículo más caro: la carne.