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Cómo dejar de depender económicamente de la familia

Escrito en julho 14, 2022 | Autor: Rodrigo Viudes
Cómo dejar de depender económicamente de la familia

Y pasó el tiempo y llegaste a la edad adulta. En un pase mágico, los recuerdos de la niñez, la adolescencia, la juventud y la adultez en tantos momentos, buenos y malos, vividos hasta hoy en el hogar familiar.

Ups, hasta hoy? ¿Como asi? Después de tantos años, ¿sigues viviendo con quienes te criaron? Más que eso: todavía depende de ese poco dinero poder salir el fin de semana o incluso comprar artículos para uso personal.

Si estás leyendo este texto, hay dos caminos a seguir: o es solo por curiosidad o estás pensando seriamente en romper con la realidad de la dependencia económica y avanzar hacia el mundo de los adultos autosuficientes.

Sea cual sea tu interés, la lectura se adapta a ambos casos: como mínimo, sabrás las razones que deben estar frenándote en la burbuja actual y, mejor que eso, qué hacer para reventarla en busca de tu ansiada libertad. .

ANTES, UN CONTEXTO IMPORTANTE

En primer lugar, es necesario entender por qué tantas personas han preferido o incluso se han quedado en casa más allá de ese tiempo en el que se les suele ver marcharse para llevar una vida uno, dos o para nada, pero independiente.

Una encuesta reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre la población fuera del mercado laboral tenía al menos dos argentinos de hasta 29 años incluidos en esta lista.

La estimación es para el primer semestre de 2021, en medio de la fase más aguda de la pandemia, cuando los niveles de desempleo, que ya estaban creciendo por la crisis económica, empeoraron aún más por los efectos del covid en el país.

También es importante señalar un cambio en el comportamiento de las últimas generaciones, que, afectadas por una fuerte competencia profesional, han pospuesto los planes personales relacionados con la carrera y la formación de nuevas familias, por ejemplo.

¿QUE HACER?

Enumeramos a continuación cuatro pautas esenciales para que las personas que aún viven en la casa de sus padres siendo adultas, por ejemplo, puedan buscar la independencia personal y económica:

1 – AUTOESTIMA

Puede ser que el aplazamiento de la ‘salida del nido’ se deba a situaciones como el desempleo o un embarazo precoz, cuando es necesaria la acogida de la familia – al fin y al cabo, para eso está la familia, ¿no?

Sin embargo, incluso en estas condiciones, es necesario comprender sus propias capacidades para buscar una vida autónoma. Esto pasa por la percepción del propio valor y la confianza en su voluntad de cambio.

2 – CONTROL FINANCIERO

Una persona que depende de terceros para su sustento en una casa que no es la suya, necesita saber cuidar el dinero que recibe -ya sea de quienes lo acogen o no- para empezar a pensar en irse de allí.

No hay perspectiva de autonomía para quien no sabe cuidar su propio dinero. Así que haga hojas de cálculo e intente hacer su propia reserva, ya sea para necesidades básicas o proyectos futuros.

3 – CONTROL PERSONAL

Una autoestima preservada o recuperada, asociada a un control financiero eficiente, está a medio camino del éxito para quien piensa, por ejemplo, en tener un lugar propio, solo o en familia. Solo la mitad.

La otra mitad pasa por la capacidad que la persona necesita tener, ya sea por la conciencia de su realidad o por la orientación, la postura de quien busca algo mejor en la vida. Esto implica diálogo, resiliencia y visión de vida.

4 – APERTURA A LOS CAMBIOS

Seguir viviendo en la casa de los padres, por ejemplo, suele representar el confort necesario para prepararse mejor para la vida adulta, aunque este proceso puede desgastarse con el tiempo.

Por lo tanto, sepa estar siempre listo para aprovechar oportunidades que le brinden la experiencia de cambio, como una oportunidad de trabajo en otra ciudad o un intercambio. Cuando puedas, vuela. Deja atrás tus jaulas de inseguridad.