¿Cómo dejar de ser un mal pagador?

La realidad económica no ha sido fácil para nadie últimamente en Argentina. Al menos para la gran mayoría que ha sobrevivido, mes tras mes, como para enfrentarse a una terrible bestia al bolsillo que llamamos inflación.
Y es que, dada la voracidad con la que ha atacado el bolsillo y el presupuesto de la gente, no siempre ha sido posible acabar el mes con todas las facturas pagadas a tiempo. La fila de morosos parece no tener fin.
Dadas estas circunstancias, no pasa mucho tiempo y aparecerás en la lista de morosos de alguien, ya sea el bar de la esquina, el supermercado del barrio, la deuda pública activa o incluso ese primo al que le pediste un préstamo.
Pero, como ya sospecharás, es posible cambiar esa eventual “mala reputación” temporal que, por cierto, está lejos de ser exclusivamente tuya. Para ello, echa un vistazo a algunos de nuestros consejos para que tu estado crediticio cambie lo antes posible.
1 – OJO EN EL OJO
Cualquiera que tenga deudas lo sabe. Cuando se ignora, parece un clavo: no deja de crecer. Prueba a darle el mismo trato a tus manos y notarás que no podrás cerrarla por un tiempo, ni siquiera para sostener monedas.
Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es enfrentar el problema de frente, preferiblemente. Vaya a su acreedor oa sus acreedores y tenga una conversación personal. A depende del caso y la distancia, que sea en una videollamada.
En este mundo de redes sociales tan omnipresentes, donde las personas a menudo se esconden detrás de perfiles falsos y comentarios despectivos, mostrarle la cara a su acreedor es el primer paso para restaurar la confianza en su palabra.
2 – SINCERIDAD
El siguiente paso es explicar por qué debería hacerlo. Justifica la demora. Según el motivo, quien te cobre será consciente de la dificultad que te ha impedido realizar los pagos a tiempo.
Otro aspecto positivo aquí es el de la empatía. A menudo, cuando la justificación va acompañada de un relato sincero y honesto de sus propias condiciones, los que tienen dinero para recibir suelen comprender. Si ese es tu caso, hazlo.
Es muy importante señalar aquí que este atractivo emocional no funciona para aquellos que ya tienen la costumbre de comprar, no pagar y solucionar la situación cuando quieren. Evita este tipo de comportamiento.
3 – RENEGOCIAR
Si lo prefieres, salta los dos pasos anteriores y ve directo a este: renegocia lo que debes y listo. Aquí también es necesario tener una conversación franca, al menos desde el punto de vista de su disponibilidad financiera actual.
Si puede pagar su deuda en efectivo, hágalo ahora. En estas condiciones, negocia la reducción de intereses para que el pago se pueda realizar de inmediato. Difícilmente su acreedor pondrá mayores obstáculos para ello.
Si solo puede pagar en cuotas, elija aquellas que se puedan acomodar dentro de su presupuesto actual. Mejor menos y al día que más y con dudas. Eso sí, no te estires demasiado por la posibilidad de cobrar intereses.
4 – CONTROLA TUS GASTOS
Ahora que está en condiciones de poner sus cuentas en orden, o al menos espera estarlo pronto, así que interese esta lectura, lo mejor que puede hacer ahora es controlar sus gastos.
Porque no tiene sentido golpear uno o más lados y descuidar el otro. ¿De qué sirve saldar algunas deudas si se mantienen los viejos hábitos de consumo de luz, agua, supermercado, salón de belleza, internet y demás?
Por lo tanto, asegúrese de que su presupuesto pueda terminar el mes con el mejor saldo positivo posible para que no haya tiempo, y mucho menos dinero, que perder. Comprado pago a tiempo o en la fecha acordada.