¿Cómo evitar conflictos financieros en casa?

En los últimos días hemos estado siguiendo la actualidad política sobre un matrimonio que ya estaba destinado solo a guardar las apariencias: el presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, parecen no hablar más el mismo idioma.
Situación que no es recomendable, aún ahora que el país discute el presupuesto para 2023, ahora elevado al Senado, presidido por el vicepresidente. Es dinero público que se piensa en medio de intimidades partidistas.
¿Y en tu casa? ¿Ha sido más o menos así? ¿Cómo ha manejado su familia los asuntos financieros? Por casualidad, ¿las decisiones han tenido como objetivo satisfacer los intereses de cada individuo o de la colectividad?
De eso vamos a hablar en este texto, ahora mismo que estamos a punto de pasar al penúltimo mes del año y ya hemos empezado a planificar el futuro económico del próximo año. Consulta nuestras directrices democráticas.
1 – RELACIONES DE PODER
En la gran mayoría de los hogares, los asuntos económicos familiares son manejados por quienes trabajan y, en consecuencia, reciben un salario o ingreso, suficiente o no, para la supervivencia de todos.
En una familia tradicional, por ejemplo, son el padre y la madre quienes salen a hacer los quehaceres diarios mientras los hijos sólo se ocupan de sus estudios. Estos, cuando crecen, acaban consiguiendo pequeños trabajos para ayudar en la casa.
También de acuerdo con este modelo, es común que la decisión de usar el dinero esté restringida solo a los padres, mientras que los hijos solo deben aceptar las decisiones. Es decir: dos mandan (o uno) y los demás obedecen.
2 – DIÁLOGO FAMILIAR
Los roles son similares, pero las relaciones relacionadas con el presupuesto económico del hogar son diferentes cuando los niños son invitados a participar del análisis del viaje del dinero en su propia casa.
En este ambiente de diálogo, los padres exponen los recursos disponibles y el dinero disponible, para que todos puedan pensar juntos las mejores soluciones financieras para sostener hasta fin de mes.
Los expertos en educación financiera recomiendan que este intercambio financiero se promueva a una edad temprana y se desarrolle a medida que el niño crece a medida que tiene una mejor comprensión del dinero.
3 – SESIÓN PLENARIA EN CASA
Con el tiempo, las necesidades de cada miembro de la familia suelen cambiar. Quien era un bebé ya no quiere un cochecito o una muñeca, ahora quiere un celular. Los que tenían vigor para trabajar empezaron a invertir más en salud.
Con intereses tan difusos entre sí, la tendencia a que se produzcan conflictos es inminente. En este punto, le toca a cada uno defender sus intereses, pero también comprender la situación del otro que vive bajo el mismo techo.
Por eso es tan recomendable que estas conversaciones se desarrollen alrededor de una mesa. Es la posición en la que todos pueden mirarse a la vez y dialogar, además de favorecer la grabación de todo lo que se decide en ese momento.
4 – CONTROL FINANCIERO
En este sentido, es importante tener siempre a la mano el presupuesto mensual que se ha analizado y definido en el mes anterior. No es razonable tratar con las finanzas, incluso en el hogar, sin un control por escrito.
Esta documentación financiera es fundamental para orientar a todos los miembros de la familia sobre el uso más asertivo del dinero y, ante cualquier duda, señalar límites de gasto u oportunidades de inversión.
Así que, antes de sentarte a esa reunión semanal o mensual de finanzas del hogar, ya sea con tus padres o hijos, consulta lo ya decidido antes de proponer algún interés que le cueste a la familia. Eso solo contiene muchas discusiones que podrían evitarse en casa sobre el dinero.