¿Cómo puedo cuidar mejor mi dinero?
Lo sabemos: es un cúmulo de tantas cosas en la vida cotidiana que, cuando lo ves, el día mismo se ha ido. Es trabajo, es escuela, es niño, perro, tráfico, jefe, cobrador otra vez, cliente molesto, equipo eliminado…
Con una rutina tan agotadora, tendría todas las razones legítimas para no tener tiempo para ocuparse de su vida financiera como lo necesitaría. Justo ahora acaba de aparecer otra cita para resolver.
La mala noticia, que ya sabía y quizás no tomó demasiado en serio, es que debe haber espacio en su existencia para sentarse y mirar sus propias hojas de cálculo (si las tiene) y administrarlas regularmente.
Como todo tiene un lado bueno (sí, aquí siempre somos optimistas), es posible tener una rutina ajustada al cuidado económico a partir de la práctica de una palabra que parece mágica, pero no lo es: disciplina.
Es de ella y, en particular, de sus efectos de lo que nos ocuparemos en este texto para que comprendas mejor cómo se puede llevar la vida aún bajo el mismo ajetreo, pero conscientes de que vale la pena.
¿A DONDE VAS?
Además de entender cómo ha entrado y salido el dinero de tu bolsillo, es importante alinear, de ahora en adelante, cómo toda esa fortuna que ganas al mes pasará por tu presupuesto antes de que te vayas tan pronto.
Deja muy claro este camino (si es posible, por escrito) para que sepas exactamente cómo será el ‘viaje’ de tu dinero en ese mes, semana, quincena. La disciplina financiera comienza con la adopción de un paso a paso claro y objetivo.
Si no, el dinero pasa que ni ves cómo y dónde. No funciona allí. Además, es fundamental tener objetivos definidos a corto, medio y largo plazo, con una previsión económica de cómo llegar a cada punto futuro.
VA CON CALMA…
Incluso puede suceder que transformes tu forma de manejar tu dinero, incluso para mejor, de un mes a otro. Reduzca las pérdidas aquí, rehaga las hojas de cálculo allá, gane unos cuantos dólares más y vea resultados positivos el mes siguiente.
Si eso sucede, felicidades. Ya habrás hecho más que la persona promedio que, hasta ahora, estaba dominada por la rutina, sin tiempo y con muchas excusas para preocuparse por su propio dinero.
Lo más importante aquí no es la ‘magia’ sino el ‘truco’. Es decir: lo que hizo de manera diferente para que las cosas funcionaran en su presupuesto. El secreto está en cambiar los hábitos, por sencillo que sea. La repetición de cada uno se llama disciplina.
¿QUIÉN GANA CON ESTO?
Esta es la pregunta que necesita ser analizada desde diferentes perspectivas. El primero es la propia financiación. Con el dinero bien administrado, tú y todos los que dependen de él podrán disfrutarlo mejor.
La segunda es más íntima, personal, familiar. De trabajar tanto, es de esperar que busques algunos logros que el dinero puede proporcionar, como ser dueño de una casa, tener un auto, viajar, abrir tu propio negocio, etc.
Mirándote al espejo o al costado, reflexiona cuánto mejor se pueden beneficiar estas personas con tu esfuerzo brindador, más ahora que te dedicas a cuidar mejor el presupuesto y, quién sabe, puedes rescatar sueños.
EMPEZAR HOY
Todo lo anterior habrá sido cualquier otra lectura sobre finanzas a menos que se comprometa a convertirlo en su propia nueva realidad. ¿Por qué no empezar el cambio hoy?
Si necesitas más información sobre finanzas personales, no dudes en consultar todo lo que ya hemos publicado sobre el tema. Solo se puede ganar con más conocimiento, mejores prácticas y más disciplina. ¡Piense en eso!