¿Cómo ser emprendedor en la Tercera Edad?
Precisamente ayer, desde UDS Finanzas, te orientábamos sobre cómo llegar a las Personas Mayores con dinero en el bolsillo o en el banco y, aunque ya estuvieras en ese momento de tu vida, qué hacer para mejorar tu presupuesto.
En este texto decidimos centrarnos precisamente en este aspecto: qué hacer para mejorar los ingresos o la jubilación de quienes, por múltiples razones, justificables o no, no se preocuparon por ahorrar dinero para la vejez.
Entre los caminos posibles, dependiendo de las condiciones físicas y cognitivas de la persona, está la oportunidad de emprender. Sí, créanme: nuestros mayores tienen mucho que aportar y, por supuesto, ganar con su oferta de productos y servicios.
1 – EMPIEZA CON LO QUE YA SABES
El punto de partida más común y más seguro para el empresario mayor es ofrecer lo que ya sabe. O mejor dicho, desarrollado a lo largo de décadas de práctica y desarrollo de una actividad.
Puede ocurrir que la experiencia acumulada supere más de una habilidad o conocimiento. La recomendación es centrar la energía y el tiempo en lo que es más rentable en el momento.
2 – CONSULTORÍA
Después de tantos años de trabajo pesado o agotador, la persona mayor no necesariamente necesita ensuciarse las manos para realizar el trabajo. ¡Ni siquiera un panadero o carnicero jubilado!
Por supuesto, puede guiar cómo se hace, pero sobre todo a través de la consultoría, por la que se le puede pagar por compartir su experiencia con quienes pueden, de hecho, cuidar toda la parte operativa del negocio.
3 – ASOCIACIONES
Independientemente de la disponibilidad para realizar una actividad específica, ya sea consultiva u operativa, es importante que el Adulto Mayor cuente con alianzas que puedan apoyar su iniciativa empresarial.
Para eso, es importante mapear los segmentos que están dispuestos o accesibles a la apertura de vacantes oa la oferta de productos o servicios producidos por personas mayores, incluso aquellas que acaban de llegar al mercado.
4 – CRÉDITO
Todo nuevo negocio exige cierta capacidad de inversión, por pequeña que sea. Dependiendo del negocio que la persona mayor vaya a emprender o invertir, puede existir la necesidad de obtener crédito en el mercado.
En este caso, es importante conocer la disponibilidad de líneas de financiación dedicadas al emprendimiento en la Tercera Edad. Evite comprometer su margen personal por nómina. Separe su vida financiera personal de su vida empresarial.
5 – ESTUDIO
Por mucha experiencia que hayas adquirido en tu actividad profesional, es importante estar muy atento a tus conocimientos reales sobre gestión empresarial y de personas.
En caso de duda, busque conocimiento de organismos y entidades dedicadas a la promoción del emprendimiento, busque capacitación disponible en Internet o infórmese directamente de profesionales en el área.
6 – INVERSOR
Si tienes suficiente dinero para una vida cómoda en tu Tercera Edad, puedes usar parte de tus ingresos para invertir en negocios que pueden multiplicar tus ganancias.
Además de todas las posibilidades consideradas tradicionales, como la aplicación en bienes raíces o en nuevas tiendas comerciales, considere conocer y comprender mejor las empresas generadas a partir de soluciones tecnológicas y con amplio espacio de crecimiento en el mercado.
NUNCA ES TARDE PARA SOÑAR
Lo que quieras hacer, comprar o invertir, con la expectativa o visión de multiplicar tus ganancias a corto, mediano y largo plazo, incluso en la Tercera Edad, adelante. Es necesario continuar.
Para aquellos que entienden que la edad es un impedimento para emprender nuevas carreras, otros proyectos y, quién sabe, hasta otros amores, basta con revisar las historias de quienes dieron nuevos rumbos en la vida cuando se esperaba la jubilación total.
Mientras hay sueños, hay vida. Haz lo que tiene que ser bueno y recibe una paga justa. Porque el tiempo no se detiene…