¿Cómo sobrevivir a la inflación que no deja de subir?
Y la inflación llegó oficialmente al 78,5% en septiembre y las propias previsiones del gobierno -al menos, entre bastidores en el Ministerio de Economía- es que llegará al 100% en diciembre (o incluso más, quién sabe).
El caso es que la escalada galopante de los índices, mes a mes, ha puesto en peligro cada vez más a nuestra economía, sobre todo por los sucesivos reajustes en productos, servicios e impuestos no siempre equiparados al bolsillo del ciudadano común.
En otras palabras: desde hace un tiempo, el argentino ha estado tratando de sobresalir en el arte de la supervivencia para tratar de terminar el mes con al menos algo de dinero de lo que comenzó, sin mencionar las muchas horas y actividades extra.
En este texto, citamos algunas de las pautas fundamentales para quienes han enfrentado esta jornada salarial mensual, con el fin de reforzar lo que ya se puede hacer y lo que podría aportar aún más. ¡Verificar!
1 – TODO EN PAPEL
O, si lo prefieres, en la pantalla de tu celular o computadora. Lo importante es tener el control total de todo el dinero que llega a tu mano, ya sea por tu trabajo, ingresos, o cualquier otra fuente legal que hayas elegido para reforzar el presupuesto.
Créanme: a pesar de la realidad financiera, debido a que el poder adquisitivo del ciudadano se evapora cada mes más, todavía hay muchas personas que ignoran el cuidado con su propio dinero. Pura negligencia.
Salvo que se cuente entre los ricos que aún resisten en la sociedad argentina, lo que resta es saber a dónde va cada centavo de peso o de dólar, todo muy bien anotado, para que no haya desperdicio.
2 – CORTES
El efecto de la inflación en el bolsillo del trabajador es como ese barco que sufrió un daño en el casco, comenzó a inundarse poco a poco pero aún puede permanecer en la superficie si logra detener el problema.
El barco es económico. El agua es cada gasto que genera más en el mes, especialmente el que no esperábamos. Cuando eso sucede, todo lo que queda es reducir el peso para no hundirse en deudas.
En la práctica, esto significa recortar todos los gastos que puedan considerarse excedentes o incluso innecesarios. Empezando por esa ducha más larga o el uso indiscriminado del ordenador en casa.
3 – COMPRAS SUPERVISADAS
A quien no le gusta ir al supermercado y llevarse a casa lo que quiera. Bueno, eso es fácil en los países escandinavos donde la inflación de dos dígitos es rara. Aquí está Argentina, la realidad es mucho más baja, incluido el globo terráqueo.
Por ello, las compras deben decidirse en casa, con un presupuesto claro para esta visita necesaria en la semana o el mes. Es decir: nada para tomar más allá de lo que está dentro del límite de gasto.
Aún así, puedes hacer que el dinero rinda un poco más. Algunos productos pueden ser reemplazados por otros más baratos. Incluso porque, el próximo mes, incluso estos deberían costar más.
4 – RENEGOCIAR LA DEUDA
Además de los gastos mensuales con los servicios básicos del hogar -agua, luz, gas, etc.- y las compras de supermercados y ropa, medicinas y algo de ocio, la inflación también aparece sin piedad en el endeudamiento.
Más aún cuando hay acumulación de los mismos. El resultado de este apilamiento de gastos son los intereses que se multiplican como conejos. Por lo tanto, lo antes posible, elimine estos asuntos pendientes para ver los barcos dentro de su presupuesto.
Para ello identifica todas tus deudas y renegocialas con tus acreedores con el fin de oxigenar más tus ingresos mensuales. Si es posible, haga un esfuerzo para pagar lo más posible lo antes posible. Quién sabe, el próximo mes, es posible que le queden algunos dólares extra del dinero que le llevó todo el mes ganar. Piense en eso.