¿Cuál es la relación entre la canasta básica de alimentos y mi clase social?
Entre las muchas dudas que persisten en la mente del argentino últimamente están cuánto le sobrará de sueldo a fin de mes, qué podré comprar esta vez y dónde tendré que gastar menos para que me quede más.
En otras palabras: la economía está directamente ligada a la vida cotidiana del ciudadano, independientemente de la clase social en la que se encuentre, ya sea la más rica (una minoría adinerada) o la más miserable (contada entre muchas).
Por cierto: ¿alguna vez se te ha ocurrido saber dónde estás en este estante del contexto social? ¿Cuáles serían tus propios parámetros para definir si puedes estar entre los más pobres o entre los más ricos?
Si todavía tienes dudas al respecto, consulta en este texto las variables que te pueden acomodar más arriba o abajo en esta escala de ciudadanos clasificados más por lo que pueden tener de lo que en realidad son.
REFERENCIA PORTENANA
La información difundida por la Dirección General de Estadística y Censos de Buenos Aires (DGEyC) para marzo ayuda a comprender, a la luz del análisis del valor promedio de la canasta básica, en qué lugar de la cola social se puede estar.
Según estos datos, una familia de cuatro personas residente en la capital del país necesitaría tener un ingreso de $107.836,35 pesos argentinos para estar entre los más pobres, midiendo así los que ganan menos.
Según la encuesta de la DGEyC, cualquier persona que gane menos de $191.240,96 pesos o que tenga el ‘lujo’ de estar incluido en la clase media ganando al menos $293.925,58 podría ser considerado pobre.
Considerando el mismo criterio de alojamiento para los ricos, los pobres y los de clase media, estarían entre los ricos quienes ganan más de $900.000 pesos. Si es tu caso, eres un privilegiado (y aquí no nos referimos al mérito).
¿POR QUÉ LA CESTA BÁSICA?
La elección de la canasta básica para medir los estratos sociales de los que formas parte no es casual. La razón es tan sencilla como práctica: el impacto de la inflación mensual es mayor cuanto menos ingresos tienes.
La inflación registrada en Buenos Aires en marzo fue de 7,1%. Sin embargo, los productos alimenticios aumentaron un 9,1%. Adivina quién pagó más, e incluso entonces, quién sabe, ¿incluso podrían haber comido menos? Sí, los más pobres.
En la mesa de los menos favorecidos, de los miserables, el reajuste representó un gasto de 9,83% más en el valor de la canasta básica. En febrero, la inflación ya había sumado otro 9,29%. El acumulado en doce meses alcanzó el 117,40%.
Los efectos se sintieron menos a medida que aumentaron los ingresos mensuales, ya que es posible una mayor amortización en el presupuesto de las familias que ganan más, a pesar de que los precios más altos de los productos afectan el bolsillo de todos.
VILLANOS DE PRESUPUESTO
De todos los rubros cuya variación de precios analizó la DGEyC, los alimentos y bebidas no alcohólicas fueron los de mayor porcentaje de reajustes, aún según datos referentes a marzo.
En conjunto, ambos sumaron un incremento del 9,1%, habiendo acumulado ya un 24,7% solo en 2023 y un 111,00% en doce meses. Es importante recordar, nuevamente, que estos reajustes son mucho más sensibles entre las personas de bajos ingresos.
Incluyendo el hecho de que los alimentos, por ser un producto esencial para la vida, ocupan la mayor parte de los magros recursos de las familias pobres y miserables. La prioridad de lo que se puede ganar es la compra de alimentos.
Y AHI PERCIBISTE LA REALIDAD?
Comparte este texto con ese amigo tuyo que se sigue quejando de que aún no tiene el celular de última generación que tanto espera ganar. Quién sabe, podría estar relacionado con lo que les sucede a los que están en la parte inferior de la clase social del país.