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¿Debo ayudar económicamente a mis padres?

Actualizado dezembro 27, 2022 | Autor: Rodrigo Viudes
¿Debo ayudar económicamente a mis padres?

¿Se le ha ocurrido alguna vez pensar cuánto invirtieron sus padres biológicos o tutores legales en usted desde el nacimiento hasta la juventud? ¿Cuánto te siguen ayudando económicamente hasta el día de hoy?

En este viaje llamado vida (el tuyo, en este caso), fue necesario gastar dinero en comida, vestido, educación, salud, ocio y, quién sabe, formación profesional.

Mirando hacia atrás, el sentimiento que uno tiene es de agradecimiento y la actitud es (o debería ser) de retribución a quienes tanto dedicaron e invirtieron para que llegaras hasta aquí, seas soltero o casado.

Pero, ¿debemos ayudar también con dinero a aquellos que tanto nos ‘patrocinaron’ cuando lo necesitan? ¿Cuándo recurrir a medios distintos a los financieros? Esto es lo que discutiremos en este texto.

CONDICIONES PERSONALES

Cuando dejamos nuestro hogar de origen y seguimos nuestro camino, llevamos con nosotros la obligación natural de proveer a nuestras propias necesidades a través de nuestras actividades profesionales.

Es decir, tenemos un ingreso del que dependemos para cubrir nuestras necesidades básicas y las de nuestra familia. Y eso solo se mantiene con el control financiero adecuado, para que el dinero sea suficiente.

En este escenario, un eventual apoyo económico a los padres es factible siempre que esté incluido en el presupuesto y alineado entre los cónyuges. Cuando eres soltero, la decisión es individual, pero en un matrimonio, depende del consenso.

Si tienes el deseo de colaborar económicamente con tus padres, empieza por limpiar tu presupuesto con gastos superfluos y destinar ese dinero a aquellos que creas más importantes.

¿VALE LA PENA PRESTARLO?

Dependiendo de las circunstancias de su vida, puede considerar pedir un préstamo para cubrir los gastos de sus padres. Sobre todo cuando se trata de un compromiso que requiere una cantidad considerable de dinero.

Es una situación delicada. En el peor de los casos, tendrás que contratar el dinero necesario y asumir un riesgo de impago no previsto, mientras podrías estar utilizando este recurso para otros fines.

Pero, son tus padres. Y suele pesar el tema afectivo. En este momento, recordamos esa contingencia de al menos seis meses que debemos tener del presupuesto vigente para uso en situaciones de emergencia.

Analiza la posibilidad de préstamo por parte de tus propios padres. Existe la opción a consignación, cuyas tarifas son mucho más bajas en comparación con la opción convencional del mercado, debido a la deducción de la nómina (desde la jubilación, en su caso).

APOYO X GESTIÓN

Evidentemente, demandas extraordinarias requieren soluciones del mismo tipo. Es decir: hay situaciones en las que es necesario el apoyo económico e inmediato de uno o más hijos, a modo de donación.

Sobre todo porque difícilmente cobrarás por el dinero generosamente entregado a tus padres en un momento en el que tanto lo necesitaban, como las veces que ellos mismos han actuado de la misma manera contigo.

Es importante que te des cuenta de cómo tus padres han manejado sus finanzas. Si es así, siéntese con ellos y guíelos sobre cómo mantener un presupuesto saludable a través de hojas de trabajo simples y prácticas.

En este diálogo podrás conocer cuánto pueden estar comprometiendo lo que ganan con adicciones, ludopatías o conductas de consumo compulsivo. Señale soluciones para ayudarlos a resolver esto.

Y SIN DINERO?

Hay cosas que puedes aportar con tus padres aunque no haya una implicación económica directa. Son demandas cotidianas en las que puedes estar presente con tiempo de calidad.

Llévalos de compras al supermercado, farmacia, citas médicas, etc. Ayúdelos con pequeñas reparaciones en el hogar o el automóvil. Reserve una hora o un día de la semana para que pueda estar con ellos mientras todavía están aquí. ¡Esto no tiene precio!