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El verdadero fantasma que acecha Argentina

Actualizado novembro 18, 2022 | Autor: Rodrigo Viudes
El verdadero fantasma que acecha Argentina

Hace unos días se viralizó en las redes sociales un video en el que el guardia de seguridad de un sanatorio de Córdoba abre las puertas para supuestamente recibir a alguien cuyas imágenes de las cámaras no logran identificar.

Según la narración construida por el propio empleado, una señora obesa habría solicitado el acceso a una habitación del noveno piso para recoger algunos efectos personales. Él cede – la escena aparece en el video.

Cuál hubiera sido su sorpresa (o no), descubriría que la persona habría sido la misma que habría muerto unas horas antes en el mismo lugar donde él habría ido. ¿Era un fantasma? ¿O un mal chiste?

Hasta que las autoridades involucradas en el caso den una respuesta, conocidas almas desterradas siguen aterrorizando la vida cotidiana de los argentinos durante mucho tiempo, sin ninguna garantía de exorcismo.

INFLACIÓN

Piense en una entidad maligna para la economía del país. Tan horroroso que aquí no hay prácticamente nadie que no sea demoníaco, ya sea del gobierno, de las empresas y de la población en general (más entre los pobres).

El último susto general se dio hace unos días con la publicación oficial de la inflación de octubre: 6,3%. Si bien fue incluso un poco inferior a lo esperado, al sumarse al acumulado en 12 meses, alcanzó el 88%.

Es el mayor poder maligno de la economía argentina desde 1991. Para esa fecha, ya tan lejana (han pasado más de 31 años), es posible tener una idea de cómo este fantasma se cierne sobre nosotros, sin detenerse.

ESCAPE DEL DÓLAR

Hubo un tiempo en que los dólares se enterraban en las sucursales bancarias por más tiempo. Recientemente, lo que se ha visto es un ‘efecto zombie’, digno de esas escenas de cementerios en las películas de terror.

Solo entre junio y agosto, al menos mil millones de dólares dejaron sus tumbas en los bancos, retirados por cuentacorrentistas aterrorizados por los efectos de la crisis económica que ha derretido el valor del peso argentino.

Como una forma de contener toda esta sangría, el gobierno restringió la importación de bienes y comenzó a negociar en el mercado financiero para tratar de proteger las arcas del Banco Central, que aún se encuentra en estado de pánico.

IMPUESTOS

Éstos existieron siempre, pero fueron tolerados hasta el momento en que podían exorcizarse, ya sea en el pago de facturas de servicios en general (agua, luz, gas, internet, etc.) y compras de bienes en general.

Sin embargo, el agua bendita de la capacidad de pago de los ciudadanos argentinos parece haberse secado hace mucho tiempo. A medida que la crisis económica se endureció en las últimas décadas, los impuestos regresaron con fuerza.

Actualmente, al menos 167 rondan la vida y, principalmente, el bolsillo de los argentinos. Es una de las cargas tributarias más altas de América Latina. Y no hay nadie que espere días menos aterradores con eso.

HAMBRIENTO

Como si no fuera suficiente todo el terror que provoca la inflación en el costo de vida, la fuga de dólares en inversiones en la industria y el comercio y la acumulación de impuestos, hay un efecto colateral que todavía lleva a muchos a la desnutrición y la muerte.

El fantasma del hambre sigue sustentado por la pobreza que aún afecta al 40% de la población argentina. Condición social, por cierto, que más sufrió, a costa de muchas vidas, durante el período más duro de la pandemia del nuevo coronavirus.

Sin tener un lugar donde sustentarse, incluso a través del subempleo, millones de argentinos aún necesitan del apoyo del Estado para sobrevivir, aunque muchos de ellos parecen ser meras almas atrapadas en la indiferente rutina de las grandes y medianas ciudades.

PIENSE EN ESO

Ante tantas supuestas historias de fantasmas, mezcladas entre leyendas urbanas y publicaciones en redes sociales, hay una vida muy real, lo suficientemente aterradora como para perder la tranquilidad. ¡Mantente vivo en él!