¿Es Halloween en tus cuentas personales?
Descubre los monstruos de Halloween a los que debes enfrentarte en tu presupuesto para no asustarte durante todo el año
Hombre lobo, bruja, calaveras, vampiro, zombie, momia, fantasmas cubiertos de sábanas, dragones, extraterrestres, Godzilla, Frankenstein, Jason, Freddy Krueger, el monstruo del Lago Ness y hasta tu cara tras despertarte en el espejo. ¡Es Halloween!
No faltan apariciones en este mundo para asustarte, incluido este 31 de octubre, conocido en todo el mundo como Halloween.
En Argentina, desde hace mucho tiempo, monstruos andan sueltos en la economía aterrorizando al país debido a la devaluación de la moneda, el desempleo, el hambre, entre otros, estos son muy reales y presentes en nuestra vida diaria.
Pero créanme:
Todavía hay otros que insisten en asustarnos con nuestras cuentas personales, convirtiendo el presupuesto en un cazafantasmas permanente. ¡Descubre cuáles son los principales y aprende a exorcizarlos!
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‘CABEZA DE VIENTO’
Comencemos con uno de los más terribles, quizás el peor, del Halloween financiero.
Tiene el poder de destruir cualquier tipo de previsibilidad presupuestaria, haciendo desaparecer todas las preocupaciones sobre el dinero recibido.
Suele ser implacable por la aparición de deudores, de quiebras, y a partir de ahí la cosa va a peor.
No es casualidad que siga presente en tantos hogares, provocando discordia y todo tipo de precariedad.
- “CHUPADOR DE DINERO”
Éste se alimenta de tu presupuesto cada vez que, por causas ajenas a tu voluntad o por pura negligencia, te retrasas en el pago de tus facturas.
También conocida con el sobrenombre de ‘deuda’, tiene un socio llamado ‘incumplido’.
Juntos, ambos tienen amplio poder para destruir el presupuesto, especialmente cuando añaden intereses sobre intereses a sus cuentas.
Se trata de ataques devoradores de dinero que, si no se contienen, acaban devorando activos.
- “TARJETA DEVORADORA”
Tan terrible como la anterior, la ‘carta devoradora’. Este monstruo actúa al acecho: incita a las compras y espera a que llegue la factura.
Basta con que no se pague a tiempo o incluso que se pague el importe mínimo para su destrucción por intereses compuestos para comenzar.
Para deshacerse de esta inmundicia financiera, la única solución es no tener una tarjeta de crédito – lo que parece muy difícil para muchas personas – o tenerla y utilizarla conscientemente.
Haz esto y no serás perseguido.
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