¿Mujer y emprendedora? ¡Sí!
La frase está consolidada desde hace tiempo, pero siempre es bueno recordar: una mujer puede estar donde quiera en el mundo de los negocios, ya sea en diferentes profesionales e incluso al frente de sus propias empresas.
De hecho, la representación de las mujeres en los negocios aún llevará algún tiempo antes de que estén a la par con los hombres, comenzando por valorar el género y los salarios o pro-labores, pero el camino está abierto para ellas.
Si tú también quieres aumentar la participación de las mujeres en los negocios de tu ciudad, región o provincia, mira a continuación qué actitudes debes tener o qué hábitos debes practicar para no deberles nada.
1 – INDEPENDENCIA FINANCIERA
Entender el concepto, a la luz de lo que tratamos en este texto, como un proceso de desvinculación de la dependencia de una figura masculina, ya sea esposo, padre, hermano, cuñado o cualquier otro con algún grado de parentesco. .
Evidentemente, todo apoyo es bienvenido, pero lo que queremos recalcar aquí es que tu empresa no puede depender de ninguna cuenta conjunta, ni con él ni contigo. El presupuesto personal y empresarial debe caminar por separado.
2 – COMUNICACIÓN ASERTIVA
Tu empresa necesita saber cómo ‘hablar’ con todos: proveedores, clientes e incluso la competencia. Las empresas dirigidas por mujeres suelen tener una mayor sensibilidad, sea cual sea el producto o servicio.
Principalmente, por supuesto, si lo que se da es para uso específico de la mujer. A estas alturas, son prácticamente imbatibles. Pero es necesario estar al tanto de las tendencias y los diferentes grados de demanda de los clientes.
3 – SÉ PROFESIONAL, SIEMPRE
El hecho de ser mujer no agrega una pulgada de justificación para brindar una mala experiencia a su consumidor. ¿Tuve un mal día? ¿estar embarazada? Ten siempre a alguien que te sustituya.
De hecho, las características biológicas y fisiológicas de la mujer siguen siendo el argumento superficial de quienes no reconocen la capacidad femenina de superar su propia naturaleza a través de la competencia profesional.
4 – TOQUE FEMENINO
Que todas las mujeres siempre buscan agregar algo para personalizar sus servicios y productos es fácil de ver. Ante la duda, fíjate cómo cada uno acomoda su ropa en el escaparate de su tienda.
Pero es necesario ir más allá. Sepa lo que su negocio puede ofrecer de manera diferente y mejor que la competencia. En caso de duda, pregunte a sus propios clientes cómo el servicio o producto satisfaría mejor sus necesidades. Comience allí.
5 – PÚBLICO OBJETIVO
Esta recomendación del tema anterior es mucho más efectiva cuando sabes exactamente quién es tu público objetivo. Es decir, para quién, exactamente, su empresa marca la diferencia en el día a día.
Si quieres identificar o concretar aún más a tu público consumidor, analiza qué género, renta, clase social e incluso preferencias de consumo son las más habituales. Es a esta audiencia a la que deberá dirigir su comunicación.
6 – ¿COMPRARIAS LO QUE VENDES?
El primer análisis en cuanto a la relevancia de su producto o servicio es acerca de usted mismo. Si quisieras, necesitaras o pudieras, ¿te llevarías lo que vendes a casa? ¿O sacarías la cantidad que cobras de tu bolsillo?
Si tu respuesta es no, aquí puede haber un serio callejón sin salida: tampoco dejarás de creer en lo que ofreces al mercado. Es como esa mujer que vende lencería y no usa lo que recomienda a otras mujeres. Piense en eso.
7 – ¡RENDIRSE, NUNCA!
Ser mujer y empresaria no es una de las combinaciones más fáciles del mercado. Dependiendo del segmento al que se dediquen, a veces dominado por hombres, la actitud emprendedora es mucho más desafiante.
Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es seguir siempre adelante a pesar de todas las dificultades, prejuicios y fracasos. No te rindas: ¡cree en tu fuerza que vence todo y a todos, por el bien de tu familia y el éxito de tu negocio!