¿Negativo yo? ¡Nunca más!
Una vez que haya gastado lo que necesitaba, y no necesariamente lo que debería, con su tarjeta de crédito, se le facturará a fin de mes. ¡Después de abrir el sobre te sientas a asimilar el golpe!
Volvió a pasar: a pesar de tus ‘estimaciones’ el monto superó tu límite y enrojeció tu crédito en el banco. De dos, uno: o instalas y pagas, o dejas ahí la deuda y te arriesgas a perder mucho más.
Para que no te conviertas en rehén de la primera y, especialmente, de la segunda opción, hemos seleccionado una serie de consejos fundamentales para que los pongas en práctica cuanto antes para seguir con tu nombre ‘en el azul’.
1 – ¡PARA TODO!
Lo primero que debe hacer es analizar su realidad financiera, de arriba a abajo. Conoce cuánto ganas, en qué estás gastando y cuánto te queda al final del mes. Escriba todo de la manera que desee: en papel, en su teléfono, en la pared. Lo importante es escribir.
2 – ¡CUCHILLO EN CARNE!
Entre los gastos que anote, elimine todo lo que pueda considerarse superfluo. ¿Has estado en el bar muy a menudo? ¡Suspender la parroquia! ¿Aún tienes televisión por cable y no la ves? Ya es hora de cortarlo. Y por ahí va…
3 – MI QUERIDA PIFTY…
¿Sabes ese dinero que a veces, justo cuando puedes o te sobra, lo guardas debajo del colchón o en un cajón? Así que procure que esta reserva aumente tanto como sea posible. La tarjeta estallará…
4 – ¡PAGA LA VISTA!
Además del crédito por adelantado, otro beneficio básico de una tarjeta de crédito es que le permite pagar en múltiples cuotas sin problemas. Pero, resiste esa tentación. Prefiere pagar prácticamente todo a tiempo. Evite los recordatorios de deudas.
5 – ¡FACTURAS ACTUALIZADAS!
No importa cuán grave haya sido el agujero en la factura de su tarjeta de crédito, pague lo que debe, ya sea el monto total o en cuotas con su banco, ¡con intereses! ¿Pago mínimo? ¡Nunca! Es como caminar en arenas movedizas.
6 – MEJORES CARTAS
Ya que has decidido llevar una tarjeta de crédito en el bolsillo, que ese sacrificio sea recompensado con algo que valga la pena. Busque aquellos que requieran menos tarifas, como los bancos digitales, y que brinden más beneficios.
7 – ¡SIN CUOTAS DE ANUALIDAD!
Preferiblemente, una tarjeta de crédito que no cubra la anualidad. ¡Mira las huellas dactilares de nuevo! Nadie merece pagar tanta factura todo el año y aún así tener que pagar solo por tener la tarjeta. ¡Esto bordea el masoquismo!
8 – MENOS ES MÁS
Hay personas que, no satisfechas con las emociones fuertes que les provoca una sola factura, inventan pedir más tarjetas para poner a prueba el corazón de una vez por todas. Vale, hay quien elige más de uno por necesidad, pero detenernos en el segundo es nuestra recomendación.
9 – “OH, TAN BARATO…”
¿Conoces la historia de la gallina que llenó su buche grano a grano y se atragantó? Entonces, es como esas pequeñas compras que hacías aquí, allá y allá. Tan pequeño que solo te fijaste en el tamaño que estaba en la factura.
10 – PIENSA Y COMPRA
No hay peor situación que la del consumidor: se siente atraído, seducido -si duda, incluso abducido- por las imágenes, sonidos y sabores de los productos y servicios que tiene delante. ¿Qué haces? ¡Compra! ¡No caigas en esta trampa! ¡Tu factura te lo agradecerá!
11 – ¡TODO TIENE UN LÍMITE!
¡Incluyendo tu tarjeta de crédito! Consciente del consejo número uno de esta lista, comenzaste a anotar hasta el cambio de menta que recibiste. Y ahí es donde está su gran trampa: sabrá exactamente cuánto gastará en su tarjeta. ¡Ahora está contigo!