¿Nuevo jefe? Y ahora, ¿qué debo hacer?
Y renunció el ahora exministro de Economía, Martín Guzmán. El hombre que se había hecho cargo del manejo de las finanzas del país desde diciembre de 2019 se despidió en una larga carta difundida en una red social.
Comparando libremente, sería como si un director de una gran empresa estatal con 45,8 miembros anunciara que se va. Hasta la publicación de esta publicación, el gobierno argentino aún no había lanzado un reemplazo.
Pero él, o ella, vendrá. Y, ciertamente, llegará con su forma de dirigir los intereses económicos del país, además de las naturales influencias políticas que el cargo impone a quienes se arriesgan a ocuparlo.
Sería como recibir un nuevo ‘jefe’ para los servidores de la Secretaría de Economía. Si fueras tú, en la empresa donde trabajas, o si fueras el nuevo jefe o empleador, ¿qué harías? ¡De eso vamos a hablar en este texto!
¡SEA BIENVENIDO!
Nadie merece llegar a un nuevo entorno de trabajo donde no pueda ser bienvenido. ¡Ni siquiera un nuevo jefe o una jefa! ¡Sí, también merecen la debida recepción por cortesía y civismo!
Esta etapa suele estar marcada por la introducción del nuevo liderazgo, empleados y otros socios. Cada persona, por su temperamento y postura, tiene una forma de afrontar este momento, pero existen recomendaciones comunes.
A los nuevos jefes, que mantienen una conversación inicialmente amistosa con su nuevo equipo. A los subordinados, ídem. ¡Después de todo, este momento es crucial para que todos recuerden que están en el mismo barco!
PRIMER PASO
Después de la ansiedad del primer contacto, el siguiente paso es el intercambio mutuo de información y posiciones. Es decir, el momento de que todos sepan con quién van a trabajar a partir de ese momento.
Normalmente, los nuevos jefes o gerentes ya suelen asumir empresas y puestos que están bien informados sobre los datos financieros, pero también sobre los procesos productivos y las personas que trabajan en ellos.
Aun así, los expertos recomiendan que los diferentes sectores o departamentos presenten los perfiles y perspectivas de los equipos para que el nuevo jefe sepa por dónde empezar su nueva gestión.
PROACTIVIDAD
En este sentido, uno de los aspectos más valorados por quienes asumen un nuevo negocio es percibir en sus empleados un sentimiento de pertenencia al compromiso con el crecimiento de la empresa.
Este es el tipo de actitud que trasciende la protección del propio trabajo. Como dicen en el mundo empresarial, son personas que ‘compran la idea’ del negocio para el que trabajan como si fuera propio.
Por eso, cuando llega el nuevo jefe o empleador, lo mejor es expresar este tipo de conciencia a través de la proactividad, ya sea a través de la simple dedicación al trabajo, o comprendiendo las nuevas pautas a implementar a partir de ahí.
AFINACIÓN
No habrá escapatoria a una situación: la comparación directa del nuevo jefe o nuevo jefe con el que estaba sentado en la sala principal de la empresa hasta hace unos días. Hay cuidados y posibles iniciativas aquí.
La recomendación es que la medición de valor entre los que salieron y los que llegaron sea solo para el after hours. En el trabajo, la objetividad exige la comprensión de que, a partir de ahí, es una historia nueva.
De ahí la necesidad de alinear cuanto antes a jefe y empleados sobre cómo será la rutina a partir de ahí, a partir de un diálogo franco que promueva el futuro y no la nostalgia de días que no volverán.
PRINCIPIO MORAL
Exactamente aquí, los empleadores y los empleados profundizarán su conocimiento personal el uno del otro simplemente por la forma de expresarse para aquellos que ya no estarán allí. Evita las comparaciones y las quejas. Sea ético.
Otro consejo importante es mantener la relación profesional entre nuevos empleadores y empleados. No mezcles el trabajo con todo lo que sucede afuera. Recuerde: no es recomendable querer ser ‘amigo del jefe’ para negociar trabajos. Mañana puede que tenga que despedirte y lo hará a pesar de todo.