¿Qué es la ansiedad financiera?
Al momento de escribir este texto, en las primeras horas de la tarde de este miércoles, estamos a pocas horas del enfrentamiento decisivo entre Argentina y Polonia por la última jornada de la primera fase del Mundial.
Miles de aficionados ya se agolpaban en torno al estadio 974, en Doha, bien esperando a que se abrieran las puertas o bien buscando entradas, cuyos precios astronómicos no intimidaban a los compradores más ávidos.
Ante estas circunstancias, en las que los sentimientos están más aflorados, es muy habitual que se tomen decisiones más emocionales que racionales en el uso del dinero, con inevitables consecuencias posteriores.
Incluso aquí, en el presupuesto de cada día, la incidencia de enfermedades mentales puede repercutir en graves pérdidas económicas. Uno de los más comunes es la ansiedad financiera. Bueno, de eso es de lo que vamos a hablar aquí.
¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
Considerada, no por casualidad, uno de los principales problemas de salud pública de este siglo, al igual que la depresión y distintos casos de cáncer, la ansiedad se caracteriza por un sentimiento de angustia.
La persona ansiosa tiene la impresión de que algo malo está por suceder. Ante esta situación, el cuerpo reacciona. El corazón se siente como si se fuera a salir por la boca, las manos tiemblan y sudan, la respiración se hace más difícil…
En situaciones más graves, la ansiedad desencadena ataques de pánico y la persona se desespera. En estos casos se requiere atención médica inmediata para la protección y tratamiento de la persona afectada.
¿CUÁL ES EL EFECTO EN LAS FINANZAS?
Cuando se trata de hacer frente a las finanzas personales, el primer reflejo de la ansiedad es la falta de control. La persona se queda sin las condiciones mentales necesarias para analizar su presupuesto, ni deliberar sobre ingresos y gastos.
La persona ansiosa ni siquiera recordará las facturas que tendrá que pagar en el día. Pero hay algo aún peor: la ansiedad puede provocar un impulso desenfrenado al consumismo, que, a su vez, es una puerta abierta de par en par al endeudamiento.
En este punto, la situación es patológica: la gente está tan ansiosa por comprar, gastar y, en consecuencia, malgastar el dinero que llega al punto de pedir préstamos. En otras palabras: puro jugo de quiebra.
¿CÓMO IDENTIFICAR ESTE PROBLEMA?
Comience con su autoanálisis antes de recordar a los demás. ¿Con qué frecuencia se ha sentido ansioso o tenso durante las últimas dos semanas? ¿Has podido prevenir o al menos controlar tus preocupaciones?
Sus respuestas pueden estar relacionadas con la cantidad de actividades que ha realizado o realizado recientemente, sin la misma disposición para los momentos de relajación, incluido el sueño.
Esto es característico de alguien que está tan agitado que literalmente no puede sentarse en una silla. Peor aún cuando se acumula la irritación, que acaba en repetidos episodios de ansiedad.
¿CÓMO SOLUCIONAR ESTO?
El primer paso es buscar atención médica especializada. Es decir, psicólogo, psiquiatra, terapeuta. Nunca te aventures a la automedicación. Siga estrictamente las pautas y prescripciones de los profesionales de la salud.
Además, tenga a alguien en quien confíe con quien pueda compartir sus inquietudes financieras para que pueda ayudarlo a mantener su presupuesto en orden bajo una estrecha supervisión.
Si el daño ya está hecho, quedará el restablecimiento de la salud mental para conducir o acompañar las renegociaciones necesarias. Después de todo, es su dinero lo que está en juego.
RECOMENDACIÓN FINAL
Ante una sociedad marcada por la zozobra que, entre otras consecuencias, contribuye a la formación de multitud de morosos, contribuye con alguien que esté afectado por este mal compartiendo este texto.
Es necesario todo esfuerzo de concienciación para que nuestra sociedad sea tratada y sanada, para que tengamos mentes más sanas y capaces de gestionar, crear y emprender con serenidad, inteligencia y paz.