Recibí notificación de renuncia. ¿Y ahora?
Y Twitter, recientemente adquirida, por fin, por el multimillonario Elon Musk ya ha dejado el mensaje de ‘bienvenida’ de la nueva dirección a los empleados: al menos 3.700 verán rescindidos sus contratos en los próximos días.
Como si las malas noticias no fueran suficientes para los equipos repartidos por todas las sedes nacionales (incluida Argentina) y continentales, el camino elegido para las despedidas ha recibido los más altos adjetivos.
La comunicación de la baja se realizará por correo electrónico. La opción provocó una ola de protestas, dentro y fuera de la gigante red social. Quien incluya su usuario y contraseña y tenga acceso. El que no lo haga ya lo sabe: lo despidieron.
Y si tú, que no tienes vínculos con Twitter, ¿qué harías? Por cierto, ¿qué estás haciendo ya para tu propia protección financiera si tienes un despido de último minuto? Eso es lo que vamos a tratar aquí.
RELACIONES DE TRABAJO
En primer lugar, es importante aclarar algunos puntos para que no parezca que nos hemos posicionado al respecto. Siempre hay dos o incluso más lados que necesitan ser mirados. Y aquí no es diferente.
Las relaciones laborales entre empresas y empleados se basan en contratos, ya sea por tiempo indefinido o por períodos, como suele verse, por ejemplo, en los casos de artistas y futbolistas.
En cualquier momento, y por distintas causas, esta relación puede romperse, siempre que se conserven los derechos y deberes contemplados en el contrato o el cumplimiento de la legislación vigente.
Por lo tanto, mientras todas las partes cumplan con sus obligaciones, el despido es una ruptura legítima, al igual que un divorcio, aunque, en gran escala, cause consecuencias sociales inmediatas para los empleados involucrados.
FUI DESPEDIDO. ¿Y AHORA?
Hecha la aclaración, pasemos ahora a analizar cómo la mera inminencia de un despido puede desencadenar situaciones que empiezan afectando lo psíquico y alcanzan, por regla general, el presupuesto personal y familiar.
Por eso la necesidad de mantener algunos cuidados para que este proceso, cuando ocurra, cause los menores reflejos posibles a tu salud y a tu bolsillo. Hemos enumerado algunos a continuación para que los considere:
- Salud mental al día: Eso de ‘cabeza sana, cuerpo sano’ es más grave de lo que piensas. Tener una mente equilibrada ayuda a lidiar con problemas de angustia emocional profunda como un despido. Si es así, busca un profesional de la salud (psicólogo, psiquiatra, terapeuta, entre otros) para que te ayude con esto.
- Fuentes alternativas de ingresos: De hecho, hay muchas personas contratadas en este momento que dedican casi todo su tiempo a una empresa o negocio. No importa qué tan buena sea su ubicación e ingresos, considere buscar otras fuentes de ingresos para que su presupuesto no se reduzca a cero de la noche a la mañana.
- Fondo de reserva: Es prudente apartar un poco de lo que recibe cada mes y, al menos, guardarlo en una caja fuerte o en el banco. Este dinero ayuda mucho en caso de despido, por ejemplo. Asegúrese de invertir parte de este dinero para que no se atasque y se devalúe.
RELACIÓN
Además de contribuir a tu salud mental, estar atento a nuevas fuentes de ingresos y ahorrar o invertir parte de lo que ganas hoy, es necesario mantener al día tus relaciones laborales que van más allá de los muros de la empresa en la que trabajas.
Es en este punto que sus capacidades humanas de sociabilidad y comunicación marcan una gran diferencia cuando se les da la oportunidad de mantener relaciones laborales con colegas de su misma área profesional.
Para ello, participa en actividades sociales promovidas por asociaciones, sindicatos, gobiernos, empresas y organizaciones no gubernamentales que te permitan conocer gente, compartir ideas y conseguir buenos contactos. Su reemplazo en el mercado laboral generalmente comienza aquí.