¿Se acabará el dinero en efectivo en Argentina?
No hace mucho, el argentino comenzó a practicar un tipo de levantamiento de pesas inusual: el levantamiento de dinero. Lo que antes se llevaba solo en la cartera ahora requería el uso de la fuerza para ser llevado en bolsos o maletas.
Sin embargo, cualquiera que imagine que nos estamos refiriendo a un país lleno de millonarios se equivoca. Al contrario: el ciudadano común necesitaba tener una convivencia más física con su dinero por necesidad.
El peso del dinero transportado a granel ha aumentado a medida que su valor se ha vuelto cada vez más ligero, presionado por la superinflación que ha hecho bajar el tipo de cambio de nuestra moneda frente al dólar.
A pesar de este escenario financiero aeróbico, todavía hay personas que se preguntan: ¿llegará pronto el día en que se acabe el efectivo en la Argentina? Planteamos esta pregunta. Relájate y mira algunas respuestas.
- NUEVA NOTA
Comencemos nuestro análisis con la ‘fábrica’ de dinero del país: el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Corresponde exclusivamente a este organismo la emisión de billetes y monedas para uso lícito en nuestro territorio.
Del dinero que circula actualmente, tenemos billetes impresos desde 1998, empezando por los de $10, $20, $50, $100, $200, $500 y $1.000, considerando todas las nuevas versiones que han aparecido desde entonces.
Por si todos estos montos no fueran suficientes, el BCRA anunció en febrero la inclusión de otro: el monto de $2.000. La nueva fecha debería llegar a manos de los argentinos entre junio y julio de este año.
En otras palabras: si aún tenía dudas sobre la continuidad de la circulación de efectivo en el país, he aquí una buena y nueva razón para considerar que los billetes de papel seguirán teniendo una larga vida aquí.
- DOLARIZACIÓN
Además de nuestra moneda nacional, existe otra que circula tanto como aquí, y desde hace muchas décadas: el dólar. En varios segmentos del mercado, se prefiere el dinero estadounidense en las transacciones.
Razón simple: aprecio. Cuando se transporta en efectivo, por ejemplo, el dólar no suele ocupar tanto espacio, a pesar de que su cotización tiene la variación diaria de más de dos decenas de tipos de cambio vigentes en el país.
En la práctica, los argentinos que manejan sus finanzas con el dólar también circulan aquí esta moneda impresa, aunque, debido a que persisten en conservar demasiados billetes antiguos, pueden encontrar algunas dificultades.
Si tiene dólares en casa, tenga en cuenta que las versiones son las impresas en 1914 y 1996, en las que el centro del billete tiene una cara pequeña. Los más recientes, desde 2004 hasta la fecha, tienen una marca de seguridad azul. Prefiere estos.
- EXCLUSIÓN DIGITAL
Durante décadas, el uso del efectivo predominó en las relaciones comerciales. Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías, el mercado financiero ha ampliado la gama de diferentes opciones de pago.
Luego llegaron los cheques, las transferencias bancarias, las tarjetas de crédito y, por ahora, los pagos digitales, incluidas las criptomonedas. Pero, créanme, todavía hay mucha gente fuera de este mundo financiero actual.
Son los excluidos digitales, que se cuentan entre millones en pobreza y pobreza extrema, para quienes los costos de conectarse a Internet no pueden ser soportados con ingresos que incluso son insuficientes para comprar alimentos y artículos de higiene personal.
De ahí el uso del efectivo, a pesar de tantas tecnologías, dada la realidad social. En las comunidades donde los ingresos se cuentan por la acumulación de centavos, las únicas conexiones son con la realidad financiera misma.
Y AHÍ, ¿TE GUSTA?
Si es así, compártelo con ese amigo tuyo que insiste en que “el papel moneda se acabará”. Quién sabe, después de los argumentos anteriores, ¡podría reevaluar su pensamiento y estar más en línea con la realidad!