¿Vale la pena firmar un gran contrato?

En la situación en la que se encuentra la economía, hay quienes rezan todos los días para que en la puerta de la tienda o en la aplicación de mensajería de su celular aparezca alguien interesado en pagar mucho dinero por su producto o servicio.
Preferiblemente, alguien que se presente con ese cheque lleno de dígitos, de esos que te hacen brillar los ojos por una oportunidad tan rara de tener uno en la mano para pagar cuentas pendientes, invertir y hasta tomarse esas vacaciones.
Pero, ¿es esta gallina de los huevos de oro, de hecho, la mejor noticia financiera que podría tener hoy? ¿O sería como el carruaje que se convierte en calabaza en los cuentos de hadas?
Bueno, no es casualidad que estés leyendo este texto. Al fin y al cabo, prácticamente todo en esta vida tiene dos caras. Incluso un gran comprador. Así que consulta nuestro análisis y saca tus propias conclusiones.
LADO POSITIVO
Es el mejor de los casos. Después de sufrir tanto por las pequeñas ventas a diario, comienzan a aparecer clientes con bolsillos más profundos y dispuestos a pagar un precio justo por lo que tienen para ofrecer.
Y, debido a que lo que ofrece agrega valor y marca una diferencia en las vidas de esa buena y nueva clientela, le pagan bien por ello. Este es el escenario que todo emprendedor quiere alcanzar y, si ya está ahí, mantener.
Por eso es importante prospectar clientes más adinerados, cuyas demandas le ayudarán a mejorar cada vez más su producto o servicio. Porque para ellos el dinero es menos importante que la experiencia del consumidor.
MAL LADO
Esto es lo peor que te puede pasar. Pero la historia comienza con el encuentro con la felicidad: aparece ese cliente que jamás habrías imaginado que pondría un pie en tu tienda o en la mano de tu tarjeta de comercio electrónico.
Llena el carrito mientras su corazón late más rápido, tal es la alegría de realizar una buena venta. O, en el caso de un proveedor de servicios, firmar ese contrato representa meses de buenos momentos.
La pesadilla viene después. La persona vacía el saldo del cheque o no paga nada por el tiempo que le dedicaste exclusivamente. Las consecuencias son terribles: deudas, despidos y, en el peor de los casos, quiebra e incluso la muerte.
LADO DERECHO
Considerando ambos ejemplos como este, ya deberías saber de qué lado estarás en esta historia de un cliente perfecto (o no): el tuyo. Sí, necesitas posicionarte frente a los hechos y a los clientes para preservar tu negocio.
Empezando por el peligro expuesto de los contratos cuyos valores son muy superiores a lo que estás acostumbrado. Esto es algo arriesgado, que requiere investigar el historial financiero y la reputación de la persona que le ofrece dinero.
De ahí la necesidad de una verificación de crédito, independientemente del cliente. De hecho, es mejor tener varios clientes medianos y pequeños que mantengan un flujo de caja saludable que arriesgarse con algún rico con malas intenciones.
ENTONCES, ¿ENTENDES?
Esperamos que entiendas la diferencia entre dedicarte a un gran cliente sin levantar ningún tipo de sospecha y atender a la clientela común del día a día que mantiene abierto tu negocio.
Evidentemente, en UDS Finanzas esperamos que tu vida empresarial y profesional prospere para que puedas vivir, en poco tiempo, con una rutina de excelente venta y contratación.
Sólo tenga cuidado de que la ambición desconectada de un crecimiento sostenible le induzca a ir demasiado lejos. Que el próximo comprador de ilusiones no seas tú. Que tu lado en esta historia sea el éxito de las buenas ventas.