Y el salario mínimo, ¿cómo va?
En los próximos días, el Ministerio del Trabajo se reunirá con representantes de sindicatos de empleadores y trabajadores de diferentes categorías para discutir el futuro reajuste al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM).
El Consejo de Salario Mínimo cuenta con 32 miembros, ya sean de entidades públicas o estatales, además de los presidentes del propio gobierno, que en última instancia, a falta de acuerdo, define el reajuste.
Actualmente, el SMVM es de 87.987,00 pesos. Este monto cubre solo el 37,4% de las necesidades básicas de una familia de dos adultos y dos niños en situación de pobreza en Argentina.
Por lo pronto, se estima que la nueva SMVM tendrá un reajuste anual promedio entre el 120% que se espera reclamen los gremios y el 82,65%, en referencia al convenio paritario nacional suscrito por la Educación.
Mientras tanto, los argentinos que dependen del salario mínimo sobreviven como pueden, con la esperanza de que las migajas extra de los salarios futuros no sean arrojadas a los sabuesos voraces de la inflación.
FINAL, ¿QUÉ HACER?
Como se puede ver arriba, el salario mínimo no cubre ni la mitad de las necesidades básicas de quienes lo reciben. Por eso, por ejemplo, el número de jubilados que se mantienen activos por necesidad.
También los padres y madres de familia, cuyos ingresos principales no superan el valor de la SMVM, necesitan buscar soluciones para complementar el dinero que les proporciona alimentación para ellos y sus hijos en el hogar.
En este esfuerzo, hemos enumerado a continuación cinco de las formas alternativas más comunes que contribuyen a que el poco dinero que llega a tus manos rinda lo máximo posible, al menos hasta fin de mes:
- CONTROL FINANCIERO: Necesita saber dónde se gastará cada centavo, literalmente. Más aún, para aquellos que dependen de algunas monedas para comprar un litro de leche o una barra de pan extra. En otras palabras: administrar el presupuesto con la punta del lápiz.
- INGRESOS EXTRA: Depender únicamente del salario mínimo para sobrevivir es pedir morirse de hambre. Por lo tanto, la necesidad de buscar otras fuentes de ingresos, especialmente brindando diferentes servicios, dependiendo de las posibilidades físicas de cada persona.
- PROGRAMAS SOCIALES: Es fundamental entender que, según como no vayan las cosas en el presupuesto del mes, es necesaria la mano social y asistencial del Estado, al menos mientras sea necesaria. Así que regístrate, Shame no es pedir ayuda.
- PLANIFICACIÓN: Aún en el tema del control financiero, es necesario estar atento a los gastos fijos como las facturas de agua y luz, por ejemplo. Estipule reglas para la hora del baño, lavado de ropa, etc. Es una cuestión de necesidad.
- RESERVA DE EMERGENCIA: Sí, a pesar de la restricción presupuestaria, es posible ahorrar algo de dinero, por pequeño que sea, para cualquier eventualidad. Este ahorro se puede agregar a una parte de cada servicio adicional que obtenga durante el mes.
¿Y QUÉ MÁS?
Bueno, hay algunas rutinas que también contribuyen a una mayor conservación o menor gasto en el salario mínimo. A continuación, algunas que, por cierto, los que ganan poco ya practican:
- Comida hecha en casa y llevada al trabajo
- Uso del transporte público o fuerza propia para ir y venir
- Investigación comparativa de precios en al menos tres supermercados
- Compra de frutas y verduras al final de las ferias
- Uso de tarjeta de débito para control de gastos
- Promoción de sus servicios o productos en las redes sociales
- Participación en eventos culturales con entrada gratuita
- Adquisición o solicitud de medicamentos por programas gubernamentales
CONSIDERACIONES FINALES
Los que viven esta realidad lo dicen. De hecho, millones de argentinos pueden testimoniar lo que es luchar por llegar a fin de mes con un mínimo de dignidad y fuerza para empezar lo que vendrá. El camino es reajustar con esperanza.