¿Ya, Batakis? ¿Cómo renunciar a tu propio trabajo?
Y la ahora exministra de Economía, Silvina Batakis, entregó en la tarde de este jueves su pedido de renuncia al presidente Alberto Fernández en su última reunión en la sede de gobierno luego de poco menos de un mes de trabajo.
Las razones no fueron reveladas oficialmente, al menos hasta la publicación de este texto, pero no es tan difícil de suponer por lo que ya es público: hiperinflación, costo de vida cada día más alto, deuda externa, etc.
A tiempo para que Batakis consiguiera un trabajo en el sector privado -pasó al ‘Banco Nação’-, el gobierno designó al entonces presidente de la Cámara de Diputados, Sérgio Massa, como superministro del área económica.
Mientras tanto, es posible que te encuentres en una situación similar a la de Batakis: no te gustó el trabajo o el nuevo cliente, y no sabes la forma correcta de romper el vínculo. De eso vamos a hablar en este post. Sigue nuestros consejos a continuación.
1 – FACTOR JURÍDICO
Ante cualquier paso en falso, es necesario tener pleno conocimiento del tipo de relación laboral o comercial que se tiene con la otra parte involucrada. ¿Hubo o no formalización contractual?
En caso afirmativo, es importante conocer todas las cláusulas. En especial, en su caso, los que se refieran a la posibilidad de perturbación y posible cobro de multas, o derechos laborales garantizados por la ley.
Si tu acuerdo fue sólo verbal -lo que, de por sí, es bastante temerario- el camino será confiar en la palabra de la otra parte para que la disolución se resuelva amistosamente, sin recurrir a la justicia.
2 – FACTOR PROFESIONAL
La renuncia de un puesto de trabajo, de un cliente o de un empleado también implica cuestiones que van más allá del propio despido. Hay, o al menos debería haber, una implicación profesional a considerar.
Para empezar, por parte de quien solicita la extinción. Por ejemplo, un profesional que decide retirarse de un puesto de trabajo recién admitido por motivos que considera relevantes – condiciones distintas a las prometidas, inadaptación, entre otras.
Quienes piden irse a veces temen las repercusiones en el mercado. La solución más práctica para esto, incluso para anticiparse a posibles especulaciones, es agradecer públicamente la oportunidad y estar disponible para nuevas contrataciones.
3 – FACTOR FINANCIERO
Uno de los principales obstáculos para la solicitud de renuncia es el reflejo que tendrá esta decisión en el bolsillo. Sobre todo cuando el salario es bueno, pero aunque no lo sea, considerando la crisis económica que atraviesa el país.
En este momento, el profesional se replantea qué hacer. A menudo, prefiere arrastrarse con su trabajo por un tiempo más, a pesar de todas las adversidades que ha encontrado, hasta que encuentra algo mejor en el mercado.
Hay situaciones, sin embargo, en las que no vale la pena quedarse en una empresa, a pesar de los ingresos y todos los beneficios que ofrece. Ninguna cantidad de dinero puede compensar el acoso moral o, peor aún, sexual, o la inclusión de su trabajo en otros actos ilícitos.
4 – FACTOR PERSONAL
Renunciar a un trabajo suele ser más fácil, por así decirlo, para aquellos que no tienen a nadie más que a ellos mismos que dependa de esos ingresos. Cuando hay una familia involucrada, la decisión pasa por este ‘filtro’ antes de tomar cualquier decisión.
En ambos casos, también es necesario considerar los efectos que una solicitud de renuncia tiene sobre la salud mental, para bien o para mal. Puede causar desde una sensación de alivio hasta episodios de depresión.
Por eso es importante asesorarse antes de tomar ciertas decisiones importantes en la vida, ya sea con un familiar o amigo con quien se tenga una estrecha relación de confianza y confidencialidad. Después de todo, es su futuro el que está en juego.